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Foto del escritorMaria Ponce Crisol

¿Qué tipo de parto deseas?

Es una pregunta que, si te la hacen de primeras, sin haberte planteado nada o sin ni si quiera estar aún embarazada, la respuesta podría ser ¿Cómo que qué tipo de parto quiero? ¿Hay más de uno? O “Pues el que los médicos me digan que son los que saben ¿No?”.

 

Bajo mi punto de vista, la que tendría que ser la respuesta correcta es “Deseo un parto respetado”.

 

Pero ¿Qué es un parto respetado? ¿Parto en casa? ¿Parto vaginal? ¿Parto sin anestesia? ¿Parto sin intervención alguna?


Parto respetado es el parto que nosotr@s deseamos. Ya sea con epidural, natural, cesárea, en casa, en el hospital... No importa, lo único que importa es que sea el parto que hayamos elegido. Pero atención, no tiene por qué ser el que elegimos al principio cuando estábamos embarazadas, felices, con fuerzas y super motivadas ya que sabemos que luego el escenario puede cambiar, haber otras necesidades que nos obliguen a cambiar aquello que deseábamos. De ahí la importancia de ir con la mente abierta. Pero si durante este proceso de cambio hemos podido escoger en todo momento que hacer, también será un parto respetado. Será NUESTRO PARTO.


Ahora viene lo complicado, como saber qué tipo de parto elegir. Cuando me vi en esta situación de tener que “decidir” (y lo escribo entre comillas porque nunca es definitivo lo que “decidas” previamente al parto) me debatía entre dos escenarios: Con o sin epidural. De entrada, creía que era lo que podía elegir, pero a medida que me iba informando ¡veía un sin fin de posibilidades! Pero vayamos por partes.


Mi intención no es hacerte un resumen de todos los tipos de parto para que puedas elegir, creo que, si necesitas este tipo de ayuda te ira genial contactar con tu comadrona, o con una Doula, también con madres que hayan pasado por este proceso para saber cómo vivieron ellas sus partos y hoy en día en internet tenemos la información en la palma de la mano.


Yo solo te nombraré algunas de las opciones que existen para que te informes sobre ellas, a la vez que lo comparo con mi vivencia personal.


Primero, te puede ayudar “decidir” donde parir, en casa o en el hospital, ya que esta decisión encamina bastante todo lo demás, sobre todo si decides parir en casa.


  • Si escogemos parto en casa ya sabemos que escogemos un parto no medicalizado, pero si controlado, sin anestesia, vaginal, respetando nuestros tempos, necesidades y donde si hay cualquier complicación o simplemente así lo sentimos, cogemos el coche y al hospital sin problemas. Escogemos así un parto puro, limpio, instintivo y como los de toda la vida, acompañadAs de otras mujeres doulas. Escogemos parir en nuestro nido, en nuestro hogar, en un sitio familiar que nos da paz y parece que no, pero el entorno es MUY importante. No es lo mismo estar en tu casa, con tu velas, tus aromas, en tu comedor, con o sin música, que en la sala de un hospital, que por muy acogedoras que puedan llegar a ser (que muchas lo son) no deja de ser un sitio ajeno, extraño, por el que nunca te has movido y al que no estas habituada.


  • Si escogemos parto en el hospital podemos tener casi lo mismo que en el parto en casa (salvo por el entorno que recordemos no menospreciar). Es muy importante que preguntéis en vuestro hospital por sus protocolos, salas de parto, si practican partos naturales, como son las salas de parto natural, etc...


En mi caso, por ejemplo, sabía que no quería parir en casa, tenía miedo, no conocía extensamente cómo funcionaba y para nada conocía de lo que éramos capaces. Si no has tenido un embarazo de riesgo no tiene por qué ir nada mal en el parto, y si algo fuera mal puedes ir al hospital siempre que lo necesites, pero en mi caso, decidí junto a mi pareja que los dos preferíamos hospital.


Ahora que estoy embarazada del segundo, sí que me veo con más confianza para parir en casa. Ahora sí se de lo que somos capaces, confío más en mi instinto en que si me dice “ves al hospital” lo sabré e iré. Aun así, mi pareja no lo tiene claro y decido respetar su decisión porque mi experiencia en hospital fue 99% satisfactoria, así que no me importa parir en el hospital.


¡Segundo! Una vez sabes donde quieres parir ¿Conoces el movimiento libre en el parto? ¿Sabías que existen posturas que hacen que el dolor disminuya o sea más llevadero?


Mientras parimos podemos estar en diferentes posturas que ayudan a nuestro cuerpo a adaptarse a la abertura que necesita, por ejemplo: El sacro tiene cierto movimiento y es capaz de abrirse para dejar algo más de espacio a la cabeza del bebé. Si estamos tumbadas, el sacro no puede moverse. También la postura de nuestras piernas puede facilitar o dificultar la apertura de nuestra pelvis. Es complejo de explicar por escrito, pero si estáis interesadas en el tema del parto en movimiento os recomiendo que visitéis algun@ fisio especializada en suelo pélvico y fisonomía del parto para que os pueda dar información (si lo deseáis me podéis escribir y os recomiendo algunas por experiencia personal).


Bien, si finalmente eliges que quieres parir en movimiento esto encaminará la decisión de anestesia si o no, o que tipo de anestesia, así que pasemos al ¡punto tres!


Tercero, si deseas anestesia. Existen muchos tipos, pero te hago una introducción de las dos más comunes:

  • Epidural: Es la anestesia más común que se administra a través de un pinchazo en la parte lumbar de la espalda para bloquear las raíces nerviosas que provocan dolor. El efecto de esta anestesia puede variar dependiendo de cada mujer, por ejemplo hay madres que sus piernas se quedan totalmente inmóviles, sin embargo otras tienen cierto movimiento y cierta sensibilidad (por ejemplo fue mi caso, yo en cada contracción notaba presión, pero no dolor y sí que tenía sensibilidad en mis piernas). Es importante conocer los efectos secundarios, por ejemplo, que un parto con epidural tiene más riesgo de sufrir desgarro, o acabar necesitando ayuda de fórceps, episiotomía, ya que perdemos el reflejo del pujo. Esto puede conllevar a pujar más de la cuenta y es cuando puede provocar desgarro.


  • Walking: Así como la epidural te deja inmóvil de cintura para abajo, la walking epidural sí que te permite movimiento. Tiene una composición diferente a la epidural y esto hace que solo afecte a las fibras sensitivas, mientras que las que controlan el movimiento quedan despiertas. Esta opción te puede resultar si deseas parto en movimiento pero además quieres inhibir el dolor. Los principales problemas de esta anestesia es que dura poco tiempo, por tanto, está recomendada para partos que se intuyan que pueden ser cortos, aunque ya sabemos que predecir esto es casi imposible. No se puede administrar en partos ya muy avanzados y no todos los hospitales la ofrecen. Hay que ir con mucho cuidado de evitar que puedan haber accidentes como por ejemplo, caídas.


Tanto para la administración de una anestesia como de la otra, INFÓRMATE, pregunta en tu hospital. No te quedes con únicamente con la poca información que yo estoy dando.


¡Cuarto! Otras informaciones muy importantes a saber son aquellas relacionadas con la inducción al parto o métodos que se pueden utilizar si se quiere acelerar el parto, ya sea por que existen riesgos, por que no se avanza, etc...


Es muy importante conocerlos antes del parto para así decidir en el momento con más facilidad y conocimiento de causa.


Quiero aclarar siempre que, si tenemos un parto en que nosotras, o nuestro bebé está sufriendo o en riesgo puedes dejar actuar a los médicos, no sientas la presión de tener que decidir si o si. Pero recuerda, ten claro que tienes el derecho de preguntar en todo momento que te van a hacer y de que te informen y si ves claramente que algo no te parece bien, exprésalo tú o tu pareja.


Los métodos que te comentaba son: Si los ordeno del menos artificial al más artificial quedaría:


  • Acupuntura: Existe un tipo de acupuntura que pinchándote en sitios determinados puede desencadenar el proceso de parto. Yo lo intenté... pero no tuve éxito.


  • Maniobra de Hamilton: Esta maniobra consiste en despegar la bolsa del borde interno del cuello del útero. Haciendo esto, tu cuerpo libera unas hormonas llamadas prostaglandinas que propician el inicio de las contracciones. Es una maniobra que también tiene sus riesgos. Es molesta, se puede romper la bolsa, y para nada es recomendable hacerla antes de la semana 40. Yo pedí que me la realizaran. Estaba cerca de cumplir las 42 semanas y quería evitar la inducción, pero estaba todo tan cerrado que no podían acceder... así que tampoco tuve éxito.


  • Rotura de la bolsa: Se puede realizar si tu cuello del útero esta madurado y preparado para el parto, ya que la rotura de la bolsa desencadenará el parto en unas horas. Esta opción también conlleva riesgos, ya que una vez rota la bolsa se tienen 24h para que se produzca el parto ya que es arriesgado que el bebé esté más de 24h sin líquido amniótico.

Aunque en estas dos maniobras no te administran nada “artificial”, solo provocan lo que tendría que hacer el cuerpo, no están exentas de riesgos, así que por favor INFÓRMATE bien.


Si tu cuello del útero aún no está madurado y por tanto no han podido realizar nada de lo anterior, existen las ayudas más artificiales.


Las más comunes son:

  • Administración de prostaglandinas: Esta administración tiene lugar para inducir el parto. Es lo que me realizaron a mí en la semana 42 ¿Recordáis que estas hormonas son las que libera el cuerpo para empezar con las contracciones? Pues en vez de ser tu cuerpo quien las produce, te introducen un óvulo vaginal con dicha hormona para ayudar a madurar el cuello del útero y que empiece el borrado. Van introduciendo de una en una dejando pasar una horas para que haga efecto y se introducen un máximo cuatro. Si hace efecto, se deja que el parto evolucione de forma natural, si no, pasan a la siguiente fase.


  • Oxitocina Sintética: Este tipo de oxitocina se utiliza para acelerar el ritmo y la intensidad de las contracciones para provocar la dilatación ¿Riesgos? Al provocar contracciones más fuertes provoca más dolor, por tanto es muy probable que después pidamos epidural (Si no queríamos anestesia, hay que tenerlo en cuenta, pero recuerda que siempre puedes cambiar de opinión). Al también acelerar el ritmo de las contracciones puede provocar que la recuperación de oxígeno fetal no se lleve a cabo por falta de tiempo entre contracciones, de modo que la madre tendrá que estar todo el tiempo monitorizada para asegurarnos que el bebé no sufre (esto puede dificultar el parto en moviento). Las mujeres, durante el parto segregamos oxitocina de forma natural, si buscamos información sobre éste tema, podremos descubrir maneras de facilitar la segregación de esta oxitocina o maneras de necesitar el mínimo de oxitocina sintética. Como siempre, información al poder.

En mi caso las prostaglandinas hicieron efecto. Después de última dosis, expulsé el tapón mucoso y empecé a dilatar a lo bestia. En una hora y media dilaté hasta 8cm. Pero ahí me quedé. Estuve con 8cm unes siete horas, teniendo contracciones pero sin avanzar, de modo que pasaron a administrar oxitocina (me preguntaron y yo consentí y además pedí también epidural) No sabía cuántas horas más iba a estar así y ya estaba muy cansada, de modo que pedí epidural.


Aun así la oxitocina solo me ayudó a dilatar hasta los 9cm i poco, de modo que, aunque los médicos me dijeron que podía intentar el parto vaginal, preferí que me practicaran una cesárea ¿Por qué? Mi bebé estaba muy arriba, tenía la cabeza inclinada, era muy grande y yo no había dilatado los 10cm. Los médicos me dijeron que si introducían la mano para ponerle bien la cabeza, (lo que conllevaba a una episiotomía) y que si empujaba fuerte (Con la epidural puesta que ya sabemos que inhibe la capacidad de pujo) quizá podría parir de forma vaginal. No quise arriesgarme, no quería que toquitearan tanto para luego acabar en cesárea igual.

Me escuché, mi cuerpo me decía que en las condicionas en las que estaba no podría parir de forma vaginal. No olvidemos que venía de una inducción, no era mi cuerpo el que había decidido ponerse de parto, tenía puesta la epidural, ya sabemos que cuando hay tanta manipulación y el cuerpo está tan forzado a parir, no responderá.


 

En mi caso sabía que no era mi momento, así que la única manera de que saliera mi bebé era que me abrieran.

 

Pero eh, tan contenta. Era mi decisión dadas las circunstancias. El bebé no sufrió en ningún momento. Pude hacer piel con piel tranquilamente, se enganchó al pecho mientras estaba en observación después de la cesárea, que ¡por cierto! parte positiva de la cesárea, como después de la operación tienes que estar una hora o algo más en observación y no puede entrar nadie, te aseguras esas dos horas de vinculación con tu bebé, sol@s tú, él o ella y tu compañer@.


Como veis, tenéis un sinfín de posibilidades a la hora de elegir que parto que queréis o como queréis que se desencadene, pero tener dos cosas en cuenta:


  1. Elijas lo que elijas, lo puedes cambiar en cualquier momento. Incluso puedes decidir que no quieres elegir, que quieres que sean los médicos los que decidan por ti, siempre y cuando lo hagas desde el conocimiento.

  2. Tenéis que ser TÚ Y TU PAREJA los que sepáis que queréis. Piensa que durante el parto tu estarás en tu mundo, en tu planeta parto, por tanto, tu pareja tiene que ser la que decida (si así surge) durante el parto. Suficiente trabajo tendrás pariendo. Por tanto, tenéis que hablar mucho y comunicaros vuestros deseos.

Espero que este post te ayude al menos a abrirte las puertas a la cantidad de opciones que tienes y a que te facilite un poco el por dónde empezar a buscar información.


¡Te envío un super abrazo!


Maria Ponce Crisol

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